Estudiar la sexualidad y ejercer como representante de ella es una responsabilidad que realizamos con placer los profesionales que a ella nos dedicamos, sin embargo, es escasa la permeabilidad que en esta disciplina se muestra ante la diversidad sexual, los derecho sexuales o el feminismo, perpetuando así las diferencias jerárquicas de la sociedad heteropatriarcal y no aportando herramientas al cambio social igualitario.

Encuentro necesario revisar conceptos básicos que vertebran una disciplina que tiene como objetivo el bienestar de las personas y que se ha sustentado en demasiadas ocasiones, en principios desiguales, patriarcales, binaristas, rígidos, heterocentristas y reproductivos.

Esto es un ejercicio de reflexión, sin más pretensión que esa, de lo que intento hacer en la consulta diariamente, que si bien no trasciende, es para mí un esfuerzo y necesidad para que mi día a día sea honesto, coherente y ético, haciendo así mío el lema  «lo personal es político» , es por ello que parto de un ejercicio necesario de cuestionar lo normativo, lo fijado socialmente.

Para comenzar el objeto mismo de la sexología significa para mi un debate. Siento constantemente cómo se habla de una sexualidad impuesta, de la que se espera se ajuste a la norma, que no representa a las personas y que por tanto, no existe, es una invención. Esta invención que se convierte en impostura, está marcando nuestras vidas generando mucha frustración. Sería, por tanto, interesante como principal objetivo de la sexología Individualizar lo sexual, personalizarla.

El siguiente paso lógico tiene que ver con fomentar y generar un concepto de sexualidad que esté vivo, que se exprese la evolución y fluidez, que se perciba cómo cambia con la vida, que se transforme tanto en la manera de ser expresado, como en las necesidades, como en las fuentes de deseo, fantasías, zonas… Una sexualidad que está viva

Del mismo modo, y de la mano de lo anterior, se hace necesario inventar palabras y usar las que ya existen con el propósito de nombrar para que exista, para visibilizar, legitimando dicha variabilidad. Palabras como Queer, transexual, transgénero, género fluido, LGTBQ, BDSM, asexual, demisexual… representan identidades y prácticas que requerían ser nombradas para ser legitimadas y aún quedan más por inventar.

Quiero atreverme a escoger algunos conceptos básicos de la sexología para mirar qué hay al otro lado de esa idea y proponer una resignificación feminista del término.

Sexo

El sexo no es natural, es un producto cultural y si con natural, queremos referirnos al cuerpo, estamos limitando nuestro cuerpo, también somos emociones y pensamientos y todo se interrelaciona, no hay razón para separarlos, aún menos en los casos en que la sexualidad no se ajusta a la norma. Lo nombrado como patológico está muy relacionado con esta escisión que hace la ciencia entre psique y cuerpo, como si eso fuera posible de algún modo, es una estrategia más para reforzar su poder.

Del mismo modo, no hay razón para elegir los genitales como la zona del cuerpo donde se situa lo sexual, si tenemos un cuerpo preparado para sentir, porqué limitarnos. Al fin y al cabo, qué son las zonas erógenas sino las que a cada cual le placen. Necesitamos una extensión de esa corporalidad e incluir los 5 sentidos, porque estamos preparadas para ese sentir y, es más, las emociones deberían ser incluidas como uno de esos sentidos, no hay nada más fiable en la comunicación humana que lo que siento, eso me hace dejarme llevar o mantenerme rígida. El sexto sentido como emoción.

Desde la sexología feminista no se concibe el sexo como binario porque se ha demostrado que la propuesta hombre/mujer es muy limitada y excluye una gran variabilidad que nos convierte en ricxs si las tenemos en cuenta. Una ciencia excluyente y discriminatoria es enferma y genera enfermedad (siendo un negocio para otrxs)

Sexualidad

No existe una sexualidad masculina y una sexualidad femenina, esto es una construcción cultural y así expresada es limitada, reduccionista y discriminatoria. Existen sexualidadES y para contemplar toda esa  diversidad es necesario que partamos de la especificidad individual.

En este sentido, muestra tus placeres y haz revolución, cada particularidad que se visibilice es una arista más del prisma plural.

Entendemos que estas revelaciones y salidas del armario son un acto político que promueve el cambio social y es necesario que sea político porque la estructura socioeconómica se centra en lo productivo y reproductivo y eso nos limita y enferma y nos aisla de lo sensitivo.

La sexualidad es una forma de expresar los afectos haciendo uso de los 5 sentidos (ó 6 sentidos, si incluimos las emociones). No es cuantificable: ni orgasmos ni penetraciones ni ejecución ni la eficacia deben ser una medida, si existiera una medida ésta debería ser el PLACER.

Tendemos a dicotomizar entre lo sexual placentero VS lo sexual reproductivo, supongo que como una forma de sacralizar lo reproductivo, pero veo necesario admitir que lo reproductivo puede ser placentero.

La actitud paternalista y altiva de la ciencia no nos deja espacio para ser autónomas y libres, debemos asumir nuestra posición y responsabilidad. ¡Por una sexualidad autónoma, libre, madura y responsable!

Cuerpos

Cuando en sexología hablamos de cuerpos estamos hablando de genitales haciendo patentes las fronteras culturales en nuestro cuerpo y una barrera alrededor de cada zona imposible de superar, pero el cuerpo es uno y todo entero siente, y está implicado en nuestras vidas, las manos, la boca, los dedos, la espalda, los pies, el cuello, los ojos, el olfato… Entender todo el cuerpo como globalmente sensitivo y conectado y asumir la conexión entre mente y cuerpo. Cuerpo como herramienta, que nos permita alejarnos del capitalismo para acercarnos al cooperatismo y los cuidados mutuos. Hagamos el ejercicio de separar nuestros cuerpos de conceptos que giran en torno a «lo adecuado».

Del mismo modo, y en el lenguaje de conquistas, debemos recuperar la zona pélvica que nos fue arrebatada y que necesitamos incorporar a nuestro mapa identitario. Comenzar a sentirla es una forma de recuperación de nuestra autoridad, poder, jurisdicción y capacitación de nuestros cuerpos y como tales, están vivos y tienen ciclos. Es fundamental, ya que disponemos de toda esa información gracias a la pedagogía menstrual (Véase Erika Irusta), contemplar los ciclos naturales de nuestro organismo como un elemento a favor y no en contra, nuestras fases no son un handicap, sino mayor información sobre unx mismx. (no me limito a las fases del ciclo menstrual, me encantará aprender más sobre las fases masculinas)

Habría que añadir una reconquista más. A cada zona del cuerpo le adherimos contenido ideológico que nuevamente no nos deja vivir con libertad nuestro cuerpo, por ejemplo, el ano está colonizado y sólo algunxs se atreven a mirar de frente el mito y practicar libremente. Descolonizarlo, liberar de las connotaciones en función a las zonas del cuerpo.Es un buen punto de partida el darnos permiso, comenzar con una ética de autoconsentimiento construida desde el conocimiento y el autocuidado.

Placeres

Placer en singular es una palabra incompleta: los placeres son diversos, múltiples, variados, ricos, esperados, vivos… no normativos.

Darnos y dar ese regalo es una forma de cuidado y autocuidado.

La sexología usa como unidad de medida el orgasmo pero si la medida fuese el placer o el deseo otro gallo nos cantara! La Única medida que veo necesaria es el deseo y el placer como algo de nuestro patrimonio y como potencia revolucionarias. Y ese deseo es personal y es nuestra agencia: ser agentes en la atención de nuestro propio deseo. La sexualidad no finalista contempla todo el proceso como fuente de poacer.

Encuadremos los placeres en una ética relacional que nos enseñe a respetar al otrx, a tratar bien, como dice Fina Sanz, la palabra maltrato existe pero no Buentrato, establezcamos relaciones bientratantes, respetuosas, horizontales y democráticas.

Amor

Los seres humanos existimos en la relación, no en la relación de pareja, sino en cada una de esas relaciones que establecemos a lo largo de la vida. Cada una de esas relaciones nos dan una información y unas emociones concretas sobre nosotras mismas, en este sentido, admitimos sin temor a equivocarnos, que somos seres dependientes por naturaleza. El concepto del Amor es una forma de hablar de un tipo de relación concreta en la que se pone en juego una forma de afecto concreta, sentimos Amor sólo por algunas personas aunque nos podemos relacionar con muchas. La dependencia sana es aquella que se siente agusto y confiada en la relación y que no me limita sino que me hace crecer en mis limitaciones. En este sentido debemos entender el Amor.

Pero el Amor adulto debe caracterizarse por la ausencia de jerarquía, es una relación entre iguales donde Yo no necesito de la mirada del otrx para saber quién soy y darme valor y estima, no necesito de esa mirada para saber que existo, no sentiré que estoy al borde del abismo si no tengo esa mirada. Mi mirada es suficiente para saber quién soy y no sentirme perdidx. Es decir, aceptar la dependencia emocional como una necesidad humana no patológica, aspiramos a ser dependientes (de forma sana) pero autónomxs.

 

Además, como producto humano influido por la cultura, el Amor que expresamos y sentimos puede expresarse de diferentes maneras, tiene distintos lenguajes y vías por las que ser expresados y es importante conocerlos para entendernos bien: las palabras, el contacto físico, los tiempos de calidad o los cuidados son formas en las que podemos expresar ese Amor y tan importante es detectarlo y entenderlo así, como no confundirlo con otros lenguajes que no son amor: desprecios, insultos, no dedicar tiempo, golpes, no respetar el consentimiento…

Y teniendo en cuenta este hecho de cómo influye la cultura en esta expresión del amor, es un objetivo importante rescatar la expresión de los afectos disociados de los géneros.

Pornografía

La pornografía, como cultura y como creadora y mantenedora de imaginarios, está bañada y saca beneficio de los estereotipos. Es una herramienta más para la erótica que reproduce los modelos normativos. En los últimos años contamos como aliada con otro tipo de pornografia más realista, diversa, feminista y respetuosa. La Pornografía tradicional que mercantiliza los cuerpos VS Pornografía feminista que es herramienta para la erotofília. Satanizar una y sacralizar otra, no parece útil, al fin y al cabo,la primera es tan resposable del sexismo y la mala práctica como los anuncios, los medios de comunicación, las películas, las canciones, la ropa de fin de año o la depilación láser.

Pornografía feminista: Erika lust, Tristan taormino, Amine sprinkle (postporno)

Fantasías

Disfruta de tus fantasías si las tienes, son un bien escaso y gratuito, no te marticies por ellas si no son éticamente aceptables… las fantasías no son éticas, son. Es un producto creativo de la mente como los sueños. Sería necesario cambiar referentes para cambiar las fantasías, mientras tanto disfruta de este producto imaginario que te proporciona alegrías, sabemos que te excitan pero que no necesitas hacerlas realidad.

Disfruta de tu sexualidad. la tuya, la única preocupación es que sea respetuosa contigo misma y la otra persona y que sea consentida.