Si dedicara tres horas diarias de mi vida a leer, correr, nadar, ver series de televisión o cocinar, nadie me miraría raro, podrían no entusiasmarle mis hobies pero nada más. Si dedicara tres horas diarias de mi vida al sexo la cosa cambiaría. Muchos me tildarían de ninfómana … cuanto menos.

 

Dedicamos ya gran parte del día a él, bien para practicarlo, bien para evitarlo.

 

El sexo es una descarga de emociones, sensaciones, afectos, energías, intimidad, pasión. Vivir la vida con sexo es un privilegio, no importa tanto la frecuencia, importa que no pase desapercibido, que no sea cualquier cosa. El deseo nos inunda si nos dejamos, si nos dejamos, nos invade, nos cambia, no siempre es fácil. Sentirse deseada, sentirse deseantes, honrando a e Flaumenbaum, en definitiva sentirse viva.

 

¿Dónde está el sexo?

No hay un órgano sexual concreto realmente, y si lo hubiera, si tuviera que decidirme por uno, elegiría el cerebro. Sin mi cabeza no consigo nada, bien para relajarme, bien para excitarme, imaginar, fantasear, no pensar… Pero como no es necesario elegir, no lo hago.

 

Y no lo hago porque todos lo sentidos están implicados. Cuanta mayor cantidad de estímulos reúna en una situación y que esos estímulos satisfagan a mis cinco sentidos, más probabilidades tendré de disfrutar. Si reúno un sonido que me gusta, con un olor que me gusta, una imagen que me gusta, una textura que me gusta, un sabor que me gusta, una fantasía evocada… Más probabilidades tengo de deleitarme con la situación, por tanto una persona satisfecha sexualmente seguramente también es una persona capaz de organizar y controlar muchos de estos estímulos. Y también será una persona capaz de entregarse.

 

El tener la capacidad de entregarse a estos estímulos es un arte. Es una arte ser tan generosa entregándote que eres totalmente egoísta con las sensaciones que te inundan, ese dejarse inundar olvidándose de una misma…

… Dejar de sentirte para sentirlo todo…

Es un ARTE, un objetivo en la vida…. Y partir de ahí todo cambia, la vida misma cobra un sentido diferente, más bien se coloca en una dimensión diferente.

¿Qué es sexo?

 

Entender que somos seres sexuados, que no podemos ser no sexuados y que el sexo es una herramienta enmarañada en los genitales pero que no es genitalidad, no está tan limitado.

 

Sexo no es follar, el sexo se expresa en cada movimiento, en cada acción, en cada deseo, en cada amor, en cada pasión, en cada odio.

 

Y es una cualidad humana que nos da poder, nos da empoderamiento si queremos llamarlo así, porque nos hace vivirnos más plenamente, más intensamente, más honestamente.