Bart llegó a Italia hace unos días y, en un cementerio, se le apareció el espíritu de «Desmontando a la Pili» quien le anunció que sería protegido durante su camino.

Ayer recibimos la visita en Sevilla del autobús contaminante y transfóbico y fue recibido como merecía, con abucheos, gritos, rechazo… muy al contrario y en contraste, Bart sigue feliz pedaleando por Europa sumando experiencias que comparte generosamente y mostrando una vez más un pedaleo feliz, sano, enérgico y seguro de quien se sabe seguro de su mensaje.